Burkina Faso, un país sin salida al mar en África occidental con una población de alrededor de 23 millones de habitantes, ha enfrentado una escalada de violencia e inestabilidad en los últimos años, lo que lo ha posicionado como un epicentro del terrorismo en la región.
Esto ha tenido efectos significativos en sus ciudadanos, incluida la comunidad cristiana evangélica. Aún así, los creyentes perseveran orando, reflexionando sobre las Escrituras y brindando esperanza y sanación en medio del trauma.
Burkina Faso ha estado lidiando con crecientes actividades terroristas, principalmente de grupos islamistas vinculados a Al-Qaeda y el Estado Islámico. La insurgencia comenzó en serio en 2015 y desde entonces se ha intensificado, provocando miles de muertes y el desplazamiento de más de un millón de personas. El gobierno ha luchado por mantener el control y la violencia frecuente ha llevado a una crisis humanitaria, con porciones significativas de la población enfrentando inseguridad alimentaria y falta de servicios básicos.
La comunidad cristiana de Burkina Faso ya ha sido blanco de grupos terroristas. En febrero de 2020, un ataque a una iglesia protestante en la aldea de Pansi, en el este, provocó 24 muertes. El año anterior, en mayo de 2019, se produjeron cuatro ataques dirigidos específicamente a la comunidad cristiana en varias localidades del norte. Y la misma realidad continúa hasta el día de hoy.
Sin embargo, para muchos cristianos evangélicos, la fe es una piedra angular que proporciona fortaleza y paz. En declaraciones al Christian Daily International, Tindano Dieudonné Yenpabou, secretario general de la Union des Groupes Bibliques du Burkina (UGBB), el organismo nacional de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos (IFES) en Burkina Faso, reflexionó sobre su forma personal de mantenerse firme en la fe. en medio del caos.
“La resiliencia y la confianza en Dios son muy importantes en ese contexto. Del 3 al 18 de mayo de 2024, conduje por 22 ciudades y pueblos de las regiones Centro-Este y Centro-Sur de Burkina Faso, reuniéndome con hermanos, pastores y socios para la misión”.
Destaca que el 20 de mayo de 2023 se convocó por parte del gobierno a una jornada nacional de ayuno y oración, y en la iniciativa participó cada comunidad, incluidos grupos tradicionales, musulmanes, católicos y evangélicos. «Se informó que era la primera vez en la historia», dijo Tindano.
Señala cómo varios ministerios han colaborado para equipar comunidades e iglesias en el país. “Por parte de la UGBB, este año decidimos centrarnos en un estudio en profundidad de 1 y 2 Corintios, bajo el tema ‘Resiliencia y Misión’. También estamos organizando una convención misionera en la ciudad de Kaya, una de las regiones más afectadas de Burkina; Esta decisión de organizar este evento en esa región se tomó hace al menos tres años”.
El trauma ha sido una consecuencia importante de las insurgencias y el golpe resultante en el país. Según Tindano, se está implementando un programa de curación de traumas con la colaboración de socios como la Sociedad Bíblica. Este programa está basado en la Biblia pero se usa para todos, incluidos los no cristianos.
A finales del mes pasado, el gobierno militar de Burkina Faso , encabezado por el capitán Ibrahim Traoré, anunció que extenderá el gobierno de la junta por otros cinco años. La medida se produjo después de una reunión de consulta nacional en la capital del país de África occidental, Uagadugú.
Mientras enfrentan un futuro incierto, los creyentes permanecen firmes en su fe de que Dios está con ellos. «El Salmo 23 y el Salmo 121 siempre han sido un estímulo para mí», dice Tindano.
Fuente: Christian Daily
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