«Miles de ciudadanos en más de 30 ciudades colombianas se movilizaron en contra de la Circular No. 0011-5 de 2024, una medida emitida por la Superintendencia Nacional de Salud que autoriza el cambio de sexo en menores de edad. Las manifestaciones, convocadas por agrupaciones como Unidos por la Vida, Unión Familia, y la Alianza Evangélica de Colombia, expresaron su preocupación bajo el lema «¡Los Niños no se tocan!».».
La senadora Lorena Ríos, quien se sumó públicamente a la protesta, defendió el derecho de los niños a crecer en un entorno seguro y protegido, asegurando en sus redes sociales que «los derechos de nuestros niños no son negociables». Desde su perspectiva, la normativa expone a los menores a decisiones médicas de alto impacto sin la madurez suficiente para comprender las posibles consecuencias.
Médicos y especialistas en desarrollo infantil también han expresado sus preocupaciones. La Dra. Ana María Gómez, endocrinóloga pediátrica, explicó que intervenir en el desarrollo sexual de los menores puede provocar efectos físicos irreversibles y afectar su salud emocional a largo plazo. «En los casos de niños y adolescentes, es fundamental esperar hasta que el cuerpo y la mente hayan alcanzado una madurez que permita tomar decisiones bien fundamentadas. Las terapias hormonales y las intervenciones quirúrgicas en edades tempranas pueden generar consecuencias permanentes que afecten el bienestar del individuo,» advirtió.
La Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL) se unió a las críticas, publicando un comunicado en el que rechaza enfáticamente la resolución. Desde sus redes sociales, CEDECOL afirmó que «con nuestros niños no se metan en el nombre de Cristo Jesús», destacando que la medida no solo contradice los principios bíblicos, sino que también arriesga el desarrollo natural de los menores. Argumentan que los procedimientos de cambio de sexo en niños no solo desafían principios religiosos, sino que plantean riesgos de salud física y mental para una población que aún no tiene plena capacidad de decisión.
Frente a la polémica, la Superintendencia Nacional de Salud sostiene que la circular busca proteger el derecho a la salud de las personas trans en el país. Sin embargo, el debate continúa intensificándose en Colombia, donde muchos exigen una revisión de la normativa para limitar las intervenciones a menores de edad.
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