El vestuario del Manchester United fue escenario de una decisión polémica antes del partido contra el Everton. Los jugadores optaron por no usar una chaqueta en apoyo a la campaña “Rainbow Laces” de Adidas, que promueve la inclusión y la igualdad del colectivo LGBTQ+.
Esta postura se originó por la negativa del futbolista marroquí Noussair Mazraoui, quien, basándose en sus convicciones religiosas, decidió no participar en la iniciativa.
La acción de Mazraoui desencadenó un efecto dominó dentro del equipo. Aunque no todos los jugadores compartían su postura, muchos decidieron solidarizarse con él al abstenerse de vestir la prenda.
Adidas, que mantiene un contrato millonario de diez años con el club, expresó su descontento ante la falta de apoyo de los jugadores. Sin embargo, el Manchester United reafirmó su compromiso con la diversidad y la inclusión, al tiempo que defendió el derecho de sus jugadores a expresar sus opiniones, incluso cuando estas divergen de las posturas institucionales.
Mazraoui no es ajeno a este tipo de situaciones. Anteriormente, mostró solidaridad con Zakaria Aboukhlal, quien también se opuso a una campaña similar en Francia. Otros futbolistas, como Marc Guehi del Crystal Palace y Sam Morsy del Ipswich, han generado controversia por tomar decisiones similares respecto a iniciativas LGBTQ+.
El incidente resalta la creciente tensión entre las iniciativas de inclusión promovidas por organizaciones deportivas y la libertad personal de los jugadores para actuar conforme a sus valores y creencias.