«¿Te has preguntado por qué decimos «se armó la gorda» o «estar en las nubes»? A lo largo de la historia, el lenguaje se ha llenado de expresiones que, si las tomáramos literalmente, serían bastante cómicas. Aquí te explico algunas de ellas, con historias para entender de dónde vienen y cómo han evolucionado.»
“Meter la pata”: Si eres humano, probablemente has metido la pata más de una vez, pero ¿sabías que esta expresión viene de la torpeza de ciertos animales, como las cabras, al caminar por terrenos irregulares? Imagínate a una cabra caminando como si estuviera en tacones, resbalando por todos lados. ¡Es la viva imagen de alguien metiendo la pata! Hoy, esta expresión nos hace reír, pero la próxima vez que la uses, recuerda que tienes el mismo “gracia” que una cabra con tacones.
“Tirar la toalla”
Este dicho se originó en el boxeo. Cuando el entrenador veía que su pupilo estaba recibiendo más golpes que un muñeco de entrenamiento, lanzaba la toalla para que el árbitro detuviera la pelea. Así que, cuando quieras rendirte en algo, mejor ten una toalla a la mano… ¡por si acaso!
“Al que madruga, Dios lo ayuda”
Este dicho es ideal para quienes creen en levantarse temprano para ser más productivos, pero… ¿qué pasa si madrugas y simplemente te quedas en el sofá viendo series? ¿Dios también te ayuda ahí? Y seamos sinceros: si madrugar fuera tan efectivo, ¿por qué no somos millonarios cada lunes a las 8 a. m.? Este dicho es un clásico para recordar que madrugar no siempre equivale a productividad (¡especialmente si eres de los que no despierta antes del tercer café!).
“Hacerse la América”
¡Qué frase tan curiosa! Originalmente, se refería a los inmigrantes que llegaban a América con la esperanza de hacer fortuna. Pero hoy en día, «hacerse la América» puede sonar como un plan un poco… optimista. Imagínate diciendo en 2023: “Voy a hacerme la América” y luego solo logras hacerte… un sándwich. Es como el equivalente moderno de creer que si vas a Las Vegas, ganarás en grande, ¡pero solo terminas con un par de boletos de descuento!
“Estar en Babia”
¿Qué quiere decir estar en Babia? Pues, para quienes no lo saben, «Babia» es una región en España famosa por ser tranquila y alejada de todo. Así que estar en Babia básicamente significa estar en las nubes, desconectado de la realidad. ¿No suena genial? Es como tener una “licencia mental” para soñar despierto. La próxima vez que te pierdas en una reunión de Zoom, puedes decir que estabas en Babia… suena mejor que admitir que estabas pensando en qué vas a cenar.
“De tal palo, tal astilla”
Este dicho lo usamos para explicar que alguien se parece mucho a sus padres. Pero si lo pensamos bien, no siempre es un cumplido. Imagínate si le dicen esto a alguien que es famoso por su “mal genio”. Podría sonar más como una advertencia que un elogio: “Cuidado, ¡de tal palo, tal astilla!”. Al final, esta frase nos recuerda que algunos rasgos familiares pueden ser como los genes… vienen con su «paquete completo.»
“Me salió el tiro por la culata”
¡Esta expresión es un ejemplo clásico de lo que significa que un plan se vuelva en tu contra! Imagina que intentas quedar bien con tus suegros llevándoles un plato de tu «famosa receta casera», pero resulta que eres alérgico a uno de los ingredientes y terminas tú en la sala de emergencias. Ahí tienes un “tiro por la culata” perfecto. Así que, la próxima vez que planees impresionar, asegúrate de no acabar impresionado tú… ¡y en el hospital!
“Más vale tarde que nunca”
Aquí tienes un dicho que suena bien en teoría… ¡hasta que llega el repartidor de pizza 45 minutos tarde! Claro, puedes aplicar «más vale tarde que nunca» en algunas situaciones, pero en otras… es solo una gran decepción. La próxima vez que uses este dicho, recuerda que incluso el que lo inventó tenía sus límites; ¡a nadie le gusta una pizza fría!
“A otro perro con ese hueso”
Esta expresión significa que alguien no se cree una historia o excusa. Es una forma sutil de decir “no me vengas con eso”. Imagínate diciéndole a alguien: «A otro perro con ese hueso» cuando intenta convencerte de que olvidó tu cumpleaños por estar “ocupadísimo.” Este dicho es perfecto para situaciones en las que necesitas decir «¡Ajá, claro!»… pero con un toque elegante.
“Andarse por las ramas”
Este es el dicho perfecto para la persona que da rodeos sin llegar al punto. Literalmente, es como imaginar a alguien trepado en un árbol, caminando de rama en rama, mientras tú estás abajo esperando que finalmente te diga lo que necesitas saber. La próxima vez que alguien se ande por las ramas contigo, puedes recordar que la paciencia es como un árbol: ¡se necesita para no talarlo!
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